Todos estamos aquí por una razón: para hacer un trabajo. Si se hace correctamente, no hay problemas. ¿Alguna vez han escuchado el dicho “no hay tiempo de hacerlo bien, pero siempre tendremos tiempo para hacerlo de nuevo”? En muchos casos, esto parece ser cierto.
Sin embargo, si no tenemos tiempo de hacer un trabajo con seguridad, ¿qué sucede? El trabajo tiene que hacerse de nuevo, por supuesto, ¿pero quién lo hará? Hay una buena probabilidad de que quien sea que haya terminado el trabajo bajo presión descuidó algunas precauciones de seguridad y salió lastimado en el proceso. Tal vez no pueda repetir esa tarea específica en absoluto. La seguridad debe ser parte de todo nuestro trabajo; debemos pensar en ella antes de comenzar cualquier tarea.
Se nos recuerda casi a diario que la seguridad juega un papel importante en nuestras vidas cotidianas; no importa qué es lo que estemos haciendo, debemos incluir cierta medida de SEGURIDAD. Decimos a nuestros hijos no hacer esto o aquello, pero al llegar al trabajo, nos tienen que decir lo mismo a nosotros.
Hay que recordar que su compañía está limitada en lo que puede hacer para conservar su salud y bienestar en el trabajo; el resto está en sus manos. No se ha inventado un programa, estrategia o dispositivo de seguridad que compita con la efectividad de un empleado consciente de la seguridad. Siempre que sea posible, hay que mantener la concentración en nuestro trabajo. Nuestro trabajo con frecuencia incluye una serie de actividades que pueden considerarse como un plan de trabajo. Dentro de estas actividades, hay riesgos que se deben tomar en cuenta. Las distracciones de nuestro trabajo pueden hacernos perder la concentración en el plan de trabajo y olvidar los riesgos presentes.
Las distracciones que se pueden evitar incluyen:
- Subir tanto el volumen del radio que afecta la capacidad de otros de escuchar lo que están haciendo.
- Usar un teléfono celular mientras se trabaja.
- Desorden y desaseo en el área de trabajo.
- Molestar a compañeros durante actividades delicadas.
Debemos practicar lo que pregonamos; podemos facilitar nuestros trabajos haciéndolo, al menos en lo que concierne a la seguridad. Todos queremos estar seguros en el camino y el taller en el lugar de trabajo, ¿verdad? Solo se necesita una fracción de tiempo para que suceda un accidente. Si tan solo usamos el tiempo que nos dan para concentrarnos bien en nuestros trabajos, el entorno y los peligros posibles, es posible evitar un accidente potencial.